La delincuencia es un fenómeno social que afecta a todas las sociedades y que genera múltiples consecuencias negativas para las personas, las comunidades y el desarrollo.
Por ello, es importante contar con herramientas que permitan medir la delincuencia de forma objetiva, sistemática y confiable, para poder diseñar e implementar políticas públicas efectivas de prevención y control.
En este articulo se abordarán cuatro aspectos relacionados con la medición de la delincuencia: el contexto comunitario como fuente de información, las estadísticas oficiales como producto de la actividad de las instituciones, el análisis de las estadísticas por parte de diversos actores y la estadística elaborada a partir de las encuestas de victimización y percepción.
1. El contexto comunitario como fuente de información sobre la delincuencia.
El contexto comunitario se refiere al espacio físico y social donde se desarrolla la vida cotidiana de las personas y donde se producen la mayoría de los hechos delictivos.
El contexto comunitario es una fuente valiosa de información sobre la delincuencia, ya que permite conocer las características, los problemas, las necesidades y las demandas de seguridad de los habitantes.
Una técnica para obtener datos sobre la delincuencia en el contexto comunitario es la observación.
La observación consiste en registrar de forma sistemática y detallada lo que ocurre en un lugar determinado durante un periodo de tiempo.
La observación puede ser realizada por investigadores, funcionarios o miembros de la comunidad, siguiendo un protocolo que defina los objetivos, los criterios, los instrumentos y los procedimientos para recoger y analizar la información.
La observación permite identificar los tipos, las frecuencias, las modalidades, las causas, los factores de riesgo y los actores de la delincuencia en un territorio específico.
También permite evaluar el impacto de la delincuencia en la calidad de vida, el bienestar y la convivencia de los residentes.
Además, la observación facilita el diálogo y la participación de la comunidad en la definición y el seguimiento de las acciones para prevenir y reducir la delincuencia.
Ejemplo de observación en contexto comunitario.
Un grupo de investigadores realiza un estudio etnográfico en una comunidad con altos niveles de delincuencia.
Mediante observación participante y entrevistas, identifican que la venta callejera de drogas ocurre principalmente en el parque central los fines de semana.
También detectan que muchos robos se comenten alrededor de la salida de la escuela primaria.
Este conocimiento «situated» permite focalizar medidas preventivas.
2. Estadísticas oficiales sobre la delincuencia.
Las estadísticas oficiales sobre la delincuencia son aquellas que elaboran e informan las instituciones públicas encargadas de garantizar la seguridad ciudadana, como la policía, el ministerio público, el poder judicial y el sistema penitenciario.
Estas estadísticas se basan en los datos recolectados por los funcionarios en su actividad laboral, como las denuncias, las detenciones, las investigaciones, los procesos judiciales y las sanciones.
Las estadísticas oficiales tienen como objetivo reflejar la realidad delictiva del país o de una región, así como el desempeño y la eficacia de las instituciones involucradas.
Para ello, es necesario que las estadísticas oficiales cumplan con ciertos requisitos de calidad, como la cobertura, la oportunidad, la consistencia, la comparabilidad y la transparencia.
Las estadísticas oficiales son una herramienta indispensable para el diagnóstico, la planificación, la gestión, el monitoreo y la evaluación de las políticas públicas de seguridad.
Sin embargo, también presentan algunas limitaciones, como el subregistro, el sesgo, la heterogeneidad y la falta de armonización entre las fuentes.
Ejemplo de uso de estadísticas oficiales.
El ministerio del Interior publica un informe anual con estadísticas oficiales sobre denuncias, detenciones y procesamientos por diferentes delitos a nivel nacional.
Esto permite comparar la evolución histórica y analizar diferencias regionales.
Por ejemplo, se observa que la tasa de homicidios en la región costera se ha duplicado en los últimos 5 años. Esto fundamenta una política focalizada en esa zona.
3. Análisis de las estadísticas sobre la delincuencia.
El análisis de las estadísticas sobre la delincuencia es el proceso mediante el cual se extraen conclusiones e implicaciones a partir de los datos disponibles.
El análisis puede ser realizado por diferentes actores públicos o privados, como organismos internacionales, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación, académicos o ciudadanos interesados.
El análisis implica seleccionar los indicadores más relevantes para medir la delincuencia, como las tasas, los índices o los porcentajes.
También implica aplicar técnicas estadísticas adecuadas para describir, comparar o relacionar los datos entre sí o con otras variables.
Además, implica interpretar los resultados obtenidos a partir del contexto histórico, social y normativo.
El análisis tiene como propósito generar conocimiento sobre la situación y las tendencias de la delincuencia en un ámbito determinado, así como identificar los problemas, los desafíos, las oportunidades y las buenas prácticas en materia de seguridad.
El análisis también tiene como finalidad informar, sensibilizar y movilizar a la opinión pública y a los tomadores de decisiones sobre la importancia de prevenir y combatir la delincuencia.
Ejemplo de análisis estadísticas sobre la delincuencia.
Un observatorio de seguridad ciudadana analiza los resultados de la última encuesta nacional de victimización. Identifican que la tasa de denuncia de robos es sólo del 35%, muy inferior al promedio regional.
Esto evidencia limitaciones en la confianza institucional.
El estudio permite sustentar reformas para mejorar la cercanía y eficiencia de la policía desde la ciudadanía.
4. Estadística elaborada a partir de las encuestas de victimización y percepción de la violencia.
La estadística elaborada a partir de las encuestas de victimización y percepción de la violencia es aquella que se obtiene mediante la aplicación de cuestionarios estandarizados a una muestra representativa de la población.
Estas encuestas tienen como objetivo complementar las estadísticas oficiales con información directa de las personas que han sido víctimas o testigos de hechos delictivos o que tienen una opinión sobre el nivel y la calidad de la seguridad.
Las encuestas de victimización permiten medir el número, el tipo, el lugar, el momento, el modo, la gravedad y el impacto de los delitos sufridos por las personas, así como el grado de denuncia, la atención recibida y la satisfacción con el servicio.
Las encuestas de percepción permiten medir el grado de temor, confianza, confianza, apoyo y participación de las personas en relación con la seguridad y las instituciones.
Las encuestas de victimización y percepción son una fuente valiosa de información para conocer la magnitud, la naturaleza y las consecuencias de la delincuencia desde la perspectiva de las personas afectadas.
También son una fuente útil para evaluar el nivel de legitimidad, credibilidad y rendición de cuentas de las instituciones responsables de la seguridad.
Además, son una fuente necesaria para diseñar e implementar políticas públicas orientadas a mejorar la seguridad subjetiva y objetiva de la población.
Por lo tanto, medir un fenómeno social tan complejo como la delincuencia requiere de una multiplicidad de enfoques metodológicos y fuentes de información.
Las estadísticas oficiales, pese a sus limitaciones, constituyen una pieza clave para el diagnóstico y la gestión de políticas públicas.
Sin embargo, deben complementarse con datos cualitativos desde las comunidades afectadas y la participación activa de la sociedad civil.
Sólo mediante la integración de métodos cuantitativos y cualitativos podremos obtener una comprensión más profunda de las causas y el impacto real de la criminalidad.
Y sólo con la articulación entre Estado, academia y ciudadanía será posible implementar políticas de prevención y control que restablezcan los derechos a la seguridad, la justicia y la paz social.
Se trata de un desafío complejo pero indispensable para el bienestar, el desarrollo y la convivencia democrática.
